Casa Sáenz en Bandama


Situación:
Bandama, Gran Canaria.
Fecha:
1999
Promotor:
Fernando Sáenz-Marrero Fernández.
María Teresa Álvarez.
Arquitectos:
Federico García Barba. 
Cristina González Vázquez de Parga.
Constructor:
Antonio Galván Sosa.
Colaboradores:
María José Díaz Fernández y Javier Alonso Castellano, Arq. Técnicos.
Fotografía:
Federico García Barba.
Premios:
Selección Oraá de Arquitectura Canaria 1999-2000.

 

 

 

El objetivo del encargo era la ampliación y reforma de una pequeña construcción que los propietarios habían adquirido con la intención de convertirla en residencia habitual. Situada en el borde del parque natural de Bandama, la parcela disfruta de vistas privilegiadas mientras que el suelo volcánico de picón con vegetación silvestre existente en su interior establece una conexión natural con el territorio protegido.

El proyecto busca la reformulación de una nueva casa que absorba la edificación existente. Para ello, el proyecto aprovecha la simple forma cúbica construida existente, como pauta para generar la nueva casa. Se tratan los cubos existentes para que acaben integrando una parte del programa solicitado, variando sus alturas, texturas y colores. Se añade un tercer volumen cúbico, pétreo por fuera y empanelado interiormente en madera de haya. El vacío a doble altura que se genera en este volumen pasa a ser el espacio central de relación sobre el que gravita el resto de la casa. Para establecer un sistema de conexión entre los cuerpos cúbicos así definidos se engarzan tres prismas de cristal a modo de lucernarios, que resuelven las diferencias de cota entre los espacios e introducen el exterior en la vivienda.

Una segunda idea de proyecto consistió en buscar el reforzamiento de las cualidades paisajísticas de la parcela, no interviniendo en el espacio libre e integrando cromáticamente la vivienda en el territorio. Para respetar el terreno de picón sobre el que se asienta la casa, se proyecta una plataforma que limita el espacio exterior de uso cotidiano y que al gravitar sobre la ladera evita las vistas cortas de casas próximas y proyecta la vista hacia los montes más lejanos al suroeste.

Finalmente, los espacios principales de la vivienda se proyectan visualmente hacia el paisaje protegido de Bandama, reubicando los huecos de la edificación existente en las esquinas y abriendo un gran ventanal hacia las vistas en el volumen de nueva planta. Como complemento, se proyecta una pérgola de estructura metálica como soporte de vegetación para proteger el espacio exterior de un exceso de soleamiento, que recorre la vivienda en toda su fachada al sur.